
En el año 2010, el equipo operativo de Zonas Verdes del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente, Dagma, realizó un mantenimiento a los cuatro árboles del parque con el objetivo de evaluar su estado y continuar preservándolos. No obstante, el Dagma encontró que uno de los grandes cauchos estaba seco casi que en su totalidad y por ende era necesario talarlo. Cuatro años después, el paisaje cambió drásticamente pues ya solo se conservaba un ficus de la india, siendo el último de los cuatro gigantes y frondosos árboles que tenía el parque del Peñón y que una vez más el Dagma decretó que fuese talado. Sus razones se basaban en que el árbol estaba enfermo y que sus raíces estaban dañando el adoquinado del parque, las alcantarillas de la zona y lo que fuese que sus raíces encontraran a su paso.
EL OTRO LADO DE LA HISTORIA

El Dagma llevo a cabo lo que para ellos era necesario de hacer y no había nada ilegal o premeditado en la tala de estos árboles pues ya estaban muertos debido a que el terreno en el que estaban no permitía que creciera naturalmente. Estos árboles debían estar en grandes terrenos para poder extenderse por hectáreas y aquí en el parque no podían hacerlo pues estaban rodeados de diferentes construcciones. Sin embargo, se desató gran polémica en el barrio debido a que los habitantes y visitantes empezaron a criticar fuertemente al Dagma, pues afirmaban que la decisión de talar el ficus no tenía ningún fundamento, el árbol estaba en buen estado y ya había causado el daño que tenía que causar.
El descontento de la comunidad era evidente y todos los dedos apuntaban al Dagma como el culpable de una acción injusta e innecesaria. El Dagma trató de defenderse y su directora, Martha Landazábal, afirmó a través de los medios de comunicación, que ellos "autorizaban la tala cuando no había otra alternativa, pero que si un árbol tenía la posibilidad de salvarse, ellos realizaban un tratamiento fitosanitario". Lastimosamente, este no fue el caso del el ficus del parque y por esto tuvo que ser removido.
Otro aspecto que la gente del barrio cuestionó fue el hecho de que Emcali fuese quien llevara a cabo la tala del árbol, esto resultó curioso para varios habitantes pero el Dagma dijo que debido a que había líneas eléctricas al rededor del árbol, Emcali debía realizar esta labor. Pero, a pesar de las razones que el Dagma le dio a la comunidad para explicar la tala del árbol, muchos habitantes siguieron indignados y algunos hasta consideraron demandar la entidad por dicha acción. Para ellos, el último recuerdo de lo que este espacio alguna vez fue, se les arrebató sin razón alguna el día que removieron el último ficus.
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Fotografía tomada por residente del barrio, Magy Jaramillo.

El parque del Peñón después de que es talado el último ficus de la india.